Escribo estas líneas en las que probablemente sean las semanas más complicadas de nuestra vida para mí generación, para tu generación y para las de nuestros hijos e hijas. Unas semanas llenas de nervios, de tensión, de incertidumbre y, desgraciadamente, de dolor en muchas familias. Desde la Federación Vasca de Baloncesto queremos trasladar nuestro apoyo incondicional y nuestro afecto a todas aquellas personas que han perdido a seres queridos durante esta crisis.
Pero también son semanas de emociones, de solidaridad, de trabajar como un equipo y, sobre todo, de aplausos de reconocimiento para los profesionales que luchan minuto a minuto contra este nuevo enemigo común.
El baloncesto, como otros tantos deportes, se ha visto obligado a parar su actividad habitual. Pero casi antes de que te des cuenta volverás a estar en una cancha, rodeado de tus compañeros/as, disfrutando de este deporte que nos une.
Confinados en nuestras casas, esperando que llegue ese futuro que tanto ansiamos, nos parece ya muy lejano todo lo ocurrido alrededor del baloncesto hace escasamente unos meses. Y nuestra Memoria 2019 supone una gran oportunidad para echar la vista atrás y recordar un año en el que Euskadi y nuestro baloncesto volvió a convertirse en un referente a nivel estatal.
En Mendizorrotza vivimos la mejor Copa de la Reina de la historia, con un pabellón repleto, unas aficiones entregadas y una ciudad volcada. En Eibar, los entrenadores ampliaron sus conocimientos en una nueva edición del Curso de Entrenador Superior. Un CES19 que esperamos y deseamos que pueda celebrarse con normalidad este verano en Bilbao.
Y, en clave más interna, hace unos meses vio la luz uno de los proyectos más importantes de la Federación Vasca de Baloncesto: el documental ‘Basket Gara – Somos Basket’. Un magnífico proyecto sobre nuestro baloncesto y sus protagonistas, pero aplicable a cualquier otro deporte de equipo o iniciativa social solidaria.
Todo eso, aunque te parezca que ocurrió hace siglos, sucedió escasamente hace unos meses. Miremos hacia atrás, recordémoslo y cojamos impulso para afrontar con toda la energía posible el esperanzador futuro que nos espera, aunque ahora las oscuras nubes no nos dejen ver el sol.
Aurrera beti!
Juntos somos más…y más fuertes!